Trastornos alimentarios

Peculiaridades de los trastornos alimentarios

¿Cuál es el límite? Este es casi siempre el problema. Nunca estás demasiado delgado, o nunca estás lleno. En la anorexia el sujeto persigue el ideal de una corporeidad casi desencarnada, que llega al punto de consumir la vida, mientras que en la bulimia, en cambio, el sujeto suple con la comida un abismo que nunca nada podrá llenar, una falta de origen.

La anorexia y la bulimia pueden presentarse en forma pura o incluso en forma combinada: el sujeto se permite una voracidad ilimitada para luego expiarse con ayunos llevados al extremo.

El problema no es sólo el rechazo de la comida sino, a través de la comida, el rechazo de la relación, sentida como algo de lo que defenderse, como fuente de peligro; lo más perturbador: el peligro emocional.

¿Cómo lidiar con ellos?

La persona parece ser capaz de dominar la situación con la voluntad, y muchas veces incluso en su entorno se apela a la fuerza de voluntad como recurso para salir airoso de las situaciones más extremas.

En realidad, la voluntad da vueltas porque contrasta con impulsos más profundos, con un rechazo fundamental del Otro, lo que lleva a modos extremos de defensa, de los que el sujeto no puede salir sin sentirse en peligro. Por lo tanto, es necesario reactivar todos los recursos inconscientes que tiene cada uno, incluso el sujeto más en crisis, y para reactivarlos es necesario ante todo saber reconocerlos.

Origen

Los trastornos alimentarios son una forma de trasladar la profunda angustia del sujeto, su miedo al otro, a la relación con la comida. Apropiarse en exceso de la comida como compensación, o negarla para negar el don del Otro, son intentos de defensa que crean una ilusión de dominio, son intentos de controlar el deseo, a un costo emocional obviamente desproporcionado.