La psicoterapia es la modalidad de intervención que va a la raíz de los problemas y conflictos. Es un camino, un proceso relacional, que pretende entrar en el fondo de los motivos del malestar y redescubrir posibilidades que podrían parecerle cerradas a la persona.
Es una práctica apta para problemas que tienen un carácter sintomático reconocible y que muchas veces comprometen el modo de vida cotidiano, cristalizando la existencia en una especie de horizonte cerrado.
Una inhibición, una ataque de pánico o de angustia pueden parecer insuperables para quien pretende curarse solamente a fuerza de voluntad, porque choca con el problema de que «¡el síntoma es más fuerte que yo!». Y de hecho no es el uso de una fuerza externa o de la voluntad lo que caracteriza al camino psicoterapéutico -como cuando se toma una dosis más fuerte de un fármaco para potenciar su efecto- sino la reactivación de potencialidades y una suerte de descubrimiento o redescubrimiento dentro de sí mismo que le permita abrirse a una nueva perspectiva interior.
La teoría y la técnica que subyacen a este tipo de intervenciones también pueden aplicarse cuando la demanda de tratamiento no tiene un carácter claramente sintomático o no se presenta como una urgencia, o cuando el sujeto siente la necesidad de profundizar en la relación con su propio deseo, en una especie de investigación personal sobre la propia carencia.
Áreas de intervención:
Trastornos y problemas en el área sexual
Agustín Menéndez 