Problemas de pareja

¿En qué consisten?

Al principio todo funcionaba, luego poco a poco se van introduciendo pequeños óxidos. El diálogo se interrumpe, la armonía sexual se pierde, los pequeños hábitos de la pareja nos parecen vicios, los pequeños gestos nos inquietan y la relación se vuelve poco a poco insoportable.

En las parejas, a veces el entendimiento falla por una dificultad para comunicarse, otras veces por una acumulación de pequeños roces no resueltos que no pueden ser lo suficientemente grandes como para convertirse en acusaciones, y no parecen lo suficientemente pequeños como para ser perdonados y olvidados.

¿Cómo lidiar con ellos?

Sería fácil decir: «hay que redescubrir el diálogo». De hecho, las cosas no salen bien porque el diálogo se haya estancado y no pueda reiniciarse. Las parejas intentan poner los problemas sobre la mesa para conversar, pero las habituales acusaciones mutuas reaparecen intactas, presentándose como nuevas porque nunca han encontrado una salida. Así, a pesar de los numerosos intentos y las mejores intenciones, los problemas persisten.

Por lo tanto, es necesario introducir una tercera figura, ajena a los conflictos que se han estancado, que puede, cuando existe el deseo, ayudar a aclarar y sacar a la luz las motivaciones inconscientes que impiden hablar a los miembros de la pareja.

Origen

Los problemas de pareja surgen la mayor parte del tiempo por dificultades triviales de comunicación. Muchas cosas que a uno le gustaría decir quedan sin decir, o se dicen mal, o de mala manera. Observaciones que podrían aceptarse chocan contra un muro si se hacen a modo de reproche, con odio, y cualquier intento de reiniciar la comunicación desemboca en una espiral de conflictos crecientes.