Trastornos psicosomáticos

¿En que consisten?

Las personas no solo nos expresamos con palabras. El cuerpo tiene gestos, posturas, formas particulares de caminar, movimientos que comunican lo que las palabras a veces no dicen. Pero la expresividad corporal puede degenerar en manifestaciones psicosomáticas cuando el contenido de la expresión entra en conflicto con las propias creencias, con el propio sentido de uno mismo.

Es como si sonara una campana de alarma, y ​​esa campana son los síntomas físicos o fenómenos psicosomáticos; cuando el cuerpo comienza a expresar lo que la conciencia rechaza. No es sólo una cuestión de estrés, de haber exigido demasiado a las capacidades físicas; es más bien el hecho de no haber escuchado, o no poder escuchar, por muchas razones, las señales de atención que envía el cuerpo.

¿Cómo lidiar con ellos?

Los fenómenos psicosomáticos pueden ser tratados farmacológicamente, y ciertamente en ciertos casos es necesario hacerlo para desarmar ciertos pliegues, ciertos surcos que el síntoma marca en el cuerpo. El tratamiento farmacológico, sin embargo, toca la superficie del fenómeno, que tiene razones más profundas. Por lo tanto, es necesario revisar las emociones o situaciones contrastantes, por ejemplo, relacionales, en relación con las cuales el síntoma se ha convertido en una señal.

Origen

El origen de los fenómenos psicosomáticos es diferente al de los síntomas neuróticos que afectan al cuerpo, que son como metáforas que se pueden traducir y rastrear hasta un significado preciso. El fenómeno psicosomático indica una vulnerabilidad peculiar, tanto a nivel emocional como a nivel de una huella que se produce en el cuerpo. Los fenómenos psicosomáticos son el sustituto, no de un significado oculto, sino de una angustia que se apodera físicamente, y que tiene una forma distinta para cada uno.