Desde que comencé a colaborar en la Fundación Salud a fines de 2013 ha pasado mucha agua debajo del puente. Desde entonces coopero con múltiples organizaciones sin fines de lucro, a las que asesoro para que potencien su accionar y estén más cerca de cumplir sus objetivos.
En el caso de ATUERU, continuar defendiendo los derechos de pacientes y familias afectados por enfermedades crónicas y muchas veces degenerativas. Familias que luchan para levantarse y reponerse luego de los diagnósticos, para luego continuar de pie brindándoles la mejor calidad de vida posible a sus hijos y/o familiares. Toda una clase de resiliencia por sí sola en todas estas historias.
Las asociaciones civiles, como actor del escenario social, tienen mucho por decir y por hacer. En la medida que están día a día atendiendo las necesidades de sus socios, generan un conocimiento que los tomadores de decisiones han de aprovechar e integrar para construir soluciones más efectivas y sostenibles.