Más importantes que nunca

Así como la vida en general se ha visto transformada en las últimas décadas, también el mundo del trabajo se ha visto afectado de una manera como nunca se había visto: las personas trabajamos más horas, muchas veces nos sentimos abrumados y asimismo, a veces, participamos de trabajos y/o proyectos temporales; todo ello junto a la reinvención de nuestras profesiones y habilidades, necesaria para enfrentar el aumento de la tecnología y el software que en muchos casos están suplantando el trabajo humano.

Si hubo un tiempo en que los activos tangibles eran sinónimo de éxito hoy eso ha cambiado. Sino basta con pensar en Uber (el nuevo taxi), Airbnb (el nuevo hotel), Google (entre otras, la nueva enciclopedia) y Amazon (la nueva tienda de compras). Lo que todos estos negocios tienen en común es que han cosechado éxitos sin los activos comerciales tradicionales. Su uso de la tecnología y la Inteligencia Artificial han puesto en jaque el modo de hacer negocios, lo cual significa para las organizaciones que el foco en sus activos intangibles puede ser su mejor oportunidad para lograr un crecimiento orgánico y un mayor valor de mercado.

RRHH tiene que ver con esto porque los profesionales que trabajan con gente centran su labor en torno al único activo intangible que con frecuencia más se infrautiliza: las Personas.

Los profesionales de RRHH pueden desempeñar un papel en respuesta a estas transformaciones derivadas de los cambios tecnológicos. Además de constituir un gran desafío, en muchos sentidos la profesión de RRHH es una profesión “no ganadora”: cuando las cosas van bien RRHH no se lleva el crédito, mientras que cuando las cosas salen mal, a menudo RRHH tiende a ser el responsable.

Actualmente, y en términos generales, de RRHH (cómo área y como función) se espera que capacite y forme a las diferentes gerencias, aborde los problemas de diversidad, encuentre y contrate a las personas talentosas, capacite a los mejores empleados,  lleve a cabo inducciones con éxito, retribuya a las personas de la forma más competitiva posible, tenga actualizados los registros y archivos, mantenga a la organización fuera de problemas legales y contribuya a crear un entorno de trabajo que sea gratificante, agradable e inspirador.

Este no es un trabajo fácil pero puede ser más fácil si se considera que la función de RRHH tiene dos tareas esenciales: hacer las «cosas duras» y las «cosas blandas«.

Las cosas duras son los problemas «transaccionales» en el trabajo: hacer que las personas sean contratadas y evaluadas, realizar descripciones de puestos, administrar las nóminas, asegurarse de que se realice una correcta inducción, hacer que las personas realicen sus evaluaciones, así como manejar las quejas de los empleados. Estos procesos son necesarios más no suficientes.

Las cosas blandas son los desafíos “centrados en las personas”: asegurarse de que la gestión del desempeño se realice de manera positiva, reflexionar junto a jefes y gerentes para que sean efectivos, construir una cultura de liderazgo, evaluar y fortalecer el compromiso, comprender el por qué de la rotación y la productividad, así como diagnosticar y abordar problemas complejos como robo, acoso, falta de diversidad, colaboración, innovación y marca empleadora. Si bien RRHH puede ser creativo y consultivo para abordar estos «problemas blandos», tiende a estar comprimido en el tiempo y en el presupuesto mientras atiende primero las «cosas duras».

Más atención en las Personas y menos en los papeles. Estudios de consultoras internacionales señalan que RRHH aún dedica demasiado tiempo al trabajo duro, aquel que es necesario que lleve a cabo cada área con el apoyo y asesoramiento de RRHH.

Cuanto más tiempo RRHH invierta en el trabajo blando (cómo trabajamos juntos), mayor será el impacto que tendrá. El trabajo diferencial de la Profesión de Personas no pasa por estar la mayor parte del día elaborando informes y liquidando sueldos, aspectos que perfectamente pueden ser automatizados, sino contribuyendo, entre otras cosas, a que los equipos trabajen cada vez mejor.

En un mundo que paulatinamente irá automatizando numerosas tareas, las cosas suaves importan e importarán cada vez más, debido a que las cuestiones centradas en las personas generan valor.

Actualmente, en el mundo el valor de mercado de una organización está signado más por intangibles, como la propiedad intelectual, los servicios y la marca empleadora, todos los cuales son temas “impulsados ​​por las personas”. Independientemente del negocio en el que nos encontremos, «las personas son el negocio».

Unos RRHH efectivos, cuya labor impacte en la rentabilidad, el crecimiento de los ingresos y otras métricas financieras, por supuesto que se centran en hacer bien las «cosas duras», pero están utilizando la automatización y racionalizando estas actividades «obligadas» para poder centrarse en el diseño organizacional, la cultura, los valores, el liderazgo y la productividad.

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