«Another Brick in the Wall» (en español Otro Ladrillo en el Muro) es el título de una canción del grupo británico de rock progresivo Pink Floyd, compuesta por Roger Waters, bajista y segundo vocalista de la banda. Dividida en tres partes, «Part I», «Part II» y «Part III», éstas se incluyeron en el álbum The Wall, publicado en 1979.
«Another Brick in the Wall (Part 1)» es la tercera canción del álbum, y la primera en mencionar la palabra «muro», fundamental para la historia del álbum. «El muro de concreto» («the wall«) es una metáfora sobre el recinto que Pink, el protagonista, construye alrededor de él para escapar de la realidad. Los «ladrillos en la pared» («bricks in the wall«) representan cada uno de los traumas que Pink va experimentando a lo largo de su vida, lo que lo lleva a crear esta protección. (1) Cabe agregar que la canción también forma parte de la adaptación cinematográfica del álbum, Pink Floyd The Wall.
Pink, el personaje del álbum, al igual que Roger Waters, perdió a su padre durante la 2da guerra mundial, centrándose el relato en los traumáticos vínculos que el niño va viviendo y a la postre van generando el levantamiento de ese muro alrededor suyo. Muro que no es otra cosa que el aislamiento y a la postre la locura.
Entre otras cosas, lo que advertía la banda británica a través de su álbum discográfico y luego la película, es el capital papel que desempeñan l@s maestr@s en la construcción de la personalidad de los niños. Cualquier adulto que esté a cargo de la crianza y/o educación de un niño tiene el potencial para lograr que se desplieguen las alas de éste o, por el contrario, la capacidad para estropearle su mundo interior. Eso es estupendamente mostrado en el video clip de la canción, con un profesor hipócrita que se burla de su alumno y que ni por asomo conecta con lo que este está sintiendo. Otro ladrillo en la pared, en ese muro que se levanta para separar el mundo interno del externo. ¿Cómo conectar con el exterior si éste no solo es amenazante sino también dañino?
Observamos, asimismo, a un profesor que representa una educación lejos de la educación alumno-céntrica que el mundo actual está necesitando. Se terminó la educación maestro-céntrica, donde éste volcaba su saber sobre sus alumnos. El docente de hoy, como el de cualquiera que esté a cargo y/o liderando a un grupo de personas, ha de ser un dinamizador, un articulardor, un Tinelli con contenidos.
Ni que decir de la doble cara del maestro: mientras que en sociedad es un humillador y «corta-alas» de sus alumnos, en su vida privada es un «sometido» de su esposa. Víctima y victimario, como las dos caras de una moneda; nunca tan separados, nunca tan juntos. Recuerda a aquel dicho popular que dice en latín “extrema se tangunt” que significa: los extremos se juntan, se tocan, se unen.
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