De lejos todos somos normales, pero…

Del libro «Los pacientes de Ana», de Marcela Villavella.

(Timbre)

Matías – ¡Cómo llueve! ¡Qué día gris hoy! Pero estoy de nuevo aquí hoy…

Terapeuta – La lluvia no lo detuvo.

Matías – Ayer cuando dije la frase «voy a tener un hijo con una mujer que ni conozco» pensé que a Sandra -mi ex- tampoco la conozco. ¿Por qué me pasa esto? Soy un inconsciente. ¿Cómo puedo estar viviendo semejante pesadilla?… ¡Soy un cobarde que vive por vivir, que no9789500736404.jpg tiene un proyecto de nada! Cuando me separé pensé que iba a concentrarme en mejorar la vida, pero no, ahora ya estoy con otra mujer, que está embarazada, que no sé bien quién es, que no tengo idea de si le molesta el aire acondicionado en la noche, ni sé cómo se levanta a la mañana porque nunca dormimos juntos… No sé casi nada de ella, y ya parece que me preparó un lugar en su vida.

Terapeuta – ¿En su vida?

Matías – Sí, en la vida de ella ya tengo un lugar porque va a tener un hijo que va a llevar mi apellido…

Terapeuta – ¿Sí? ¿Ya hablaron de eso?  

Matías – No, no hablamos de nada, pero es así… ¿Cómo sería de otra manera? No entiendo lo que me pregunta… Es así… Si ella está embarazada le tengo que dar mi apellido, como con mis otros dos hijos que tuve con Sandra…

Terapeuta – ¿Usted nunca quiera nada? ¿Siempre lo obligan las mujeres: a ser padre, a dar el apellido, a vivir con ellas…?

Matías – No sé si es así… puede ser… sí, un poco así es… pero…

Terapeuta – Un pero lo ampara, ¿no?

Matías – Ana, me está haciendo pensar cosas que no pensé nunca…

Terapeuta – ¿Pensar? ¿No será que están apareciendo preguntas y cosas que podría hablar que nunca hablaría?

Matías – En cierto punto las mujeres obligan a cosas a los hombres. Por ejemplo: obligan a nacer. «Yo no pedí nacer»; ya sé que es una boludez esa frase, ¿quién puede pedir nacer? Nadie, pero…

Terapeuta – A veces uno dice alguna tontería para poder decir otras cosas más serias. Puede continuar.

Matías – Las mujeres obligan. Yo siento que si una mujer me mira con deseo me está obligando a algo… no sé bien a qué…

Terapeuta – En la sesión anterior contó que quería irse de su casa pero recién cuando Sandra lo miró y le dijo que no se demorara, ahí sintió que era ella la que lo obligaba… Tal vez es usted el que usa a las mujeres para hacer lo que quiere y después echarles la culpa…

Matías – ¿Cómo? ¿Me está diciendo pasivo?

Terapeuta – ¡Qué palabra que eligió, Matías!

Matías – Yo no elegí nada, usted me está tratando de pasivo, ¿es eso?

Terapeuta – No me di cuenta, sólo le dije que usa a las mujeres, que es un poco gigoló de la culpa…

Matías – Jajajajaja… ¡Ésa no me la esperaba!

Terapeuta – Le gustó más gigoló que pasivo, ¿no?

Matías – Sí, claro… Jajajajaja… Eh… No, no me gustó nada… ¿Qué me quiso decir?

Terapeuta – Que continuamos la próxima, ¿lo espero el viernes a las 10:45?

Matías – ¿Ya? Si recién llegué.

Terapeuta – Puede ser, pero esto de hoy lo continuamos el viernes.

Matías – Ok… Usted me obliga también.

Foto de portada: https://www.facebook.com/marcos.severi/photos_stream

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