Grupos terapéuticos en ASSCI: el poder del lazo frente a la fibromialgia

Coordinar y facilitar grupos terapéuticos para personas diagnosticadas con fibromialgia en la Asociación de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica del Uruguay (ASSCI) fue una de esas experiencias que dejan huella. No solo por lo que implicó a nivel profesional, sino también por lo que aprendí del encuentro con cada participante, de sus recorridos y de la potencia que puede tener un grupo cuando se transforma en un espacio vivo de contención y elaboración.

La fibromialgia es una enfermedad crónica, caracterizada por dolor generalizado, cansancio persistente y una serie de síntomas que muchas veces escapan a la explicación biomédica clásica. A esto se suma que suele estar atravesada por un alto nivel de invisibilización y estigmatización: quienes la padecen enfrentan largas peregrinaciones por el sistema de salud, diagnósticos tardíos, miradas incrédulas y, en no pocos casos, la sensación de que su dolor no es del todo reconocido.

En ese contexto, el grupo terapéutico se convirtió en un espacio donde lo que estaba silenciado encontraba palabras, y donde el sufrimiento compartido podía resignificarse. La coordinación integró herramientas del psicoanálisis, la clínica grupal y la educación en salud, siempre con el foco en tres ejes:

  • Validar el sufrimiento: reconocer que el dolor es real, tanto en el cuerpo como en la subjetividad.
  • Fortalecer el lazo social: pasar de la vivencia de soledad al apoyo de una comunidad que entiende y acompaña.
  • Construir sentido: abrir preguntas sobre el dolor, su función y su relación con la historia vital de cada una.

Uno de los aprendizajes más valiosos fue constatar que, allí donde los analgésicos no logran alivio, la palabra puede abrir otra vía de tratamiento. El grupo permitió alojar el dolor físico y el dolor psíquico en un mismo espacio, sin la disociación entre lo somático y lo subjetivo que todavía persiste en gran parte de la práctica médica.

Escuchar el relato de cada mujer sobre su vida, sus vínculos, sus pérdidas y sus búsquedas, no solo ayudaba a comprender la trama del dolor, sino que también habilitaba la construcción de nuevas coordenadas: qué quiero para mi presente, cómo me sitúo frente a mi historia y cómo me proyecto hacia adelante. En este sentido, el grupo funcionó como un dispositivo terapéutico y, al mismo tiempo, como una herramienta de empoderamiento en procesos de salud-enfermedad-cuidado.

Mirando hacia atrás, reafirmo algo que ya intuía: el grupo es mucho más que la suma de personas que lo integran. Es un espacio donde cada voz amplifica la de la otra, donde el padecimiento se vuelve compartido y, por lo tanto, más soportable. Y, sobre todo, donde aparece la posibilidad de transformar la experiencia del dolor en una búsqueda colectiva de dignidad, reconocimiento y sentido.

Esa experiencia en ASSCI me recordó, una vez más, que trabajar con grupos no es solo facilitar técnicas o dinámicas. Es sostener un espacio para que la palabra circule, el lazo se fortalezca y lo que parecía imposible de nombrar encuentre un lugar donde ser escuchado.

Imagen destacada. Foto de Pixabay: https://www.pexels.com/es-es/foto/fotografia-de-enfoque-de-flores-de-petalo-purpura-207518/


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2 comentarios sobre “Grupos terapéuticos en ASSCI: el poder del lazo frente a la fibromialgia

  1. Gracias, gracias, gracias. A mi me jubilaron por incapacidad total por tener síndrome de sjogren, fibromialgia, fatiga crónica y síndrome de piernas inquietas- Entré al grupo de Assci, es bueno poder estar en contacto con personas que saben lo que es convivir con el dolor 24/7. Muchas gracias, Agustin Abrazo Elizabeth ________________________________

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    1. Elizabeth, gracias a vos por animarte a compartir tu experiencia.

      Convivir con dolor crónico 24/7 es un desafío enorme, y espacios como el de ASSCI son fundamentales para sentirse acompañado y comprendido.
      El reconocimiento de lo que atravesás no es menor: poder ponerlo en palabras es también una forma de sostenerse.

      Te mando un abrazo grande y mucha fuerza en este camino.

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