Procesos que acompaño

La psicoterapia es un camino para explorar con profundidad los malestares y transiciones que nos atraviesan. No se trata solo de aliviar síntomas, sino de comprender cómo se originaron, qué sentido tienen en nuestra historia, y qué posibilidades nuevas pueden abrirse a partir de ese trabajo.

A veces el sufrimiento se manifiesta de forma clara —como una crisis de ansiedad, un estado depresivo o una dificultad en los vínculos— y otras veces aparece como una sensación más difusa de vacío, angustia o desconexión.

Sea cual sea el caso, la psicoterapia no busca forzar un cambio por voluntad, sino reactivar recursos internos que pueden haber quedado ocultos o inhibidos. Es un proceso relacional que permite, poco a poco, resignificar lo vivido y transformar la manera de estar en el mundo.

También puede ser útil cuando no hay un motivo puntual, pero sí un deseo de conocerse más, de revisar ciertos patrones, o de encontrar más claridad en el propio camino.

La psicoterapia puede acompañarte si estás atravesando alguna de estas experiencias:

Ansiedad
Sensación de alerta constante, pensamientos que no paran, dificultad para relajarse o miedo sin causa clara.

Depresión
Desánimo profundo, aislamiento, pérdida del deseo, sensación de vacío o de no encontrar sentido.

Ataques de pánico
Episodios súbitos de miedo intenso, palpitaciones, sensación de ahogo, temor a perder el control o morir.

Trastornos alimentarios
Relación conflictiva con la comida o el cuerpo, control excesivo, atracones o culpa persistente.

Dificultades en el área sexual
Falta de deseo, insatisfacción, vergüenza, bloqueos o ansiedad en la intimidad.

Síntomas psicosomáticos
Dolores o malestares físicos sin explicación médica clara, que expresan tensiones emocionales.

Crisis existenciales o necesidad de una búsqueda interior
Sensación de vacío, desconcierto o desorientación vital. Una necesidad de revisar el rumbo o reencontrar sentido.

Duelos, pérdidas, transiciones vitales
Dolor por una pérdida, cambio o cierre de etapa. Momentos que desestabilizan y movilizan profundamente.

Tal vez algo de lo que leíste te resonó. Tal vez no sabés si esto que sentís “es para ir a terapia”, pero te inquieta. No hace falta tenerlo todo claro para empezar. Podemos conversar y ver juntos si este espacio puede ayudarte.