En enero del corriente, el diario argentino La Nación publicó una nota a Jacques van den Broek, CEO y presidente global de Randstad, valorada como el segundo grupo más grande a nivel mundial en servicios de Capital Humano.
Aquí dejo los principales tópicos vertidos por el entrevistado:
«Se requiere a quienes saben de tecnologías, a quienes hacen cosas con sus manos y a quienes usan su personalidad en el trabajo»
«Mayoritariamente hoy se buscan personas capacitadas en ciencias, tecnologías, ingeniería y matemática, y no sólo para los niveles más altos sino también para los medios y bajos; otro grupo requerido es el de quienes hacen y reparan cosas con sus manos, y un tercer perfil es el de quienes usan su personalidad en el trabajo: la gente de ventas y de atención de la salud, por ejemplo», dice Van den Broek al referirse a la demanda de las empresas. El de la salud, dado el crecimiento de la expectativa de vida, será uno de los sectores que se mantendrá más activo en las búsquedas. Pero fuera de casos como ese, señala el ejecutivo, ya no se trata de pensar tanto en sectores sino en tareas. Dice: «Antes, la persona que había estudiado informática iba a una empresa de informática, y ahora la necesidad de esa especialidad está en todos lados». En muchos casos la barrera también se ha roto, agrega, entre ciudades o países: «Hay empresas en Silicon Valley en las que, cuando uno llega, hay un Ipad y desde la pantalla lo recibe una persona que tal vez está en Seattle», grafica.
«Está sobreestimada en muchos casos la seguridad de un trabajo fijo y subestimado el trabajo flexible; lo fundamental es la empleabilidad»
Van den Broek considera que hay una «línea muy directa» entre mercados laborales muy restrictivos y alto desempleo y pobreza. La falta de flexibilidad en las regulaciones, opina, termina por ampliar la brecha entre quien tiene y quien no tiene trabajo, porque se hace más difícil el acceso. «Se trata de tener un trabajo y no un contrato de trabajo», dice. ¿A qué llama flexibilidad? «Son muchas las formas -define-. En Holanda crece mucho el trabajo freelance, por ejemplo; hay cada vez más gente que trabaja desde su casa; en la Argentina hay un buen sistema para el empleo temporal [al terminarse un contrato con una empresa cliente la agencia mantiene al empleado en espera de su reubicación], porque tener más tiempo a las personas nos permite prepararlas para que puedan seguir en el mundo del trabajo». Cuenta que en Holanda hicieron una experiencia en colaboración con el gobierno: «Tomamos a 10.000 jóvenes que no trabajaban y en seis semanas les conseguimos puestos; muchos dijeron que eran trabajos temporales, pero un año después 75% seguía trabajando; la experiencia activó algo, como el tener disciplina y contactos».
«Creo que va a haber muchos trabajos nuevos; no sabemos bien cómo se van a dar las cosas pero hay que adelantarse y prepararse»
«En general hace falta un gran cambio en la educación. Desde Randstad trabajamos con los gobiernos y también con las empresas y las personas, para determinar no sólo qué perfiles se necesitan hoy sino también cuáles se necesitarán en el futuro. El propio trabajador tiene que hacerse cargo de estar preparado», afirma. De la Argentina, dice valorar que exista un sistema educativo gratuito y agrega que se lo debería orientar hacia el mercado futuro.
«Nuestro objetivo es que el empleador use dinero en capacitar, para que el trabajador pueda estar ahí en 5 años, en lugar de usar dinero en 5 años para indemnizarlo»
La firma hizo una encuesta, en varios países, en la que se les preguntó a las empresas cómo se veían en 5 años. «Hay una gran cantidad que no tiene una visión de mediano y largo plazo en cuanto al desarrollo de su gente», comenta Van den Broek. Y admite que hablar de la necesidad de capacitación para un cambio suele ser problemático. «El empleado puede pensar que pasa algo con él, que no están satisfechos. No es una conversación fácil». Pero sí, indispensable.