La Cultura de Cuidado es mucho más que un conjunto de buenas prácticas. Es una forma de mirar, de vincularnos y de trabajar que atraviesa tanto la clínica como los equipos y las organizaciones.
Cuidar no es solo asistir o contener: es crear entornos donde las personas, los equipos y las comunidades puedan sostenerse, fortalecerse y crecer mutuamente.
Desde esta perspectiva, cuidar implica cultivar tres dimensiones interdependientes:
- el cuidado de sí,
- el cuidado de los otros,
- y el cuidado de las tramas que nos sostienen (familiares, laborales, comunitarias).
Promover una Cultura de Cuidado es construir espacios habitables, donde la confianza, el sentido y el aprendizaje compartido sean la base de los vínculos y de los resultados. Supone integrar sensibilidad y eficacia; humanidad y propósito.
En esta sección encontrarás herramientas, recursos y metáforas que ayudan a fortalecer esa mirada: el Atlas de Cultura del Cuidado, la Caja de Juegos, los Talleres y el programa Saberes que Cuidan, entre otros.
“Cuidar al que cuida es una tarea colectiva: un modo de sostener la vida en común y de hacer del trabajo un espacio donde florecer y no solo resistir”.