En un pelotón los roles se alternan: tirar, sostener, dejarse llevar. La fuerza está en el conjunto, no en el esfuerzo aislado.
Clave: confianza y esfuerzo compartido.
Aplicación clínica: nos ayuda a reconocer cuándo necesitamos sostener a otros y cuándo necesitamos dejarnos acompañar. Ninguno avanza siempre adelante; también hace falta descansar en la rueda de otro.
Aplicación organizacional: permite leer la dinámica de equipos que logran avanzar gracias a la rotación de roles y al trabajo colectivo. En un pelotón sano hay liderazgo compartido, coordinación y solidaridad.
Nadie llega lejos pedaleando solo. El pelotón enseña que avanzar es también confiar en los otros.
Volver a: