Brújula y Reloj

En tiempos acelerados, liderar requiere distinguir entre el rumbo y el ritmo. La brújula representa la dirección, los valores y el propósito que orientan las decisiones; el reloj, la gestión del tiempo, la urgencia y la secuencia de las tareas.

Clave: priorizar lo esencial antes que lo urgente.

Aplicación clínica: esta metáfora invita a detenerse, recuperar el sentido y preguntarse si las acciones cotidianas responden al rumbo elegido o si el tiempo nos está arrastrando. Encontrar serenidad es volver a alinear brújula y reloj.

Aplicación organizacional: en los equipos, implica cuidar la dirección (visión, propósito, aprendizaje) sin perder la eficacia operativa. Una cultura sana no corre detrás del reloj: lo usa al servicio de su brújula.

Entre el rumbo que orienta y el tiempo que apremia se define la calidad de nuestras decisiones. Liderar con brújula y reloj es mantener coherencia en medio de la velocidad.

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