Dinosaurios, Pulpos y Corales

Las organizaciones, como los ecosistemas, pueden adoptar distintas formas según su modo de adaptarse al entorno. Algunas son rígidas y pesadas como dinosaurios: grandes estructuras que alguna vez dominaron, pero que no supieron transformarse a tiempo. Otras son pulpos: flexibles, sensibles y capaces de extender sus tentáculos hacia múltiples direcciones sin perder su centro. Y otras son corales: organismos vivos que crecen por cooperación, donde cada parte sostiene y es sostenida por las demás.

Clave: evolucionar del control rígido a la interdependencia viva.

Aplicación clínica: invita a pensar cómo nos adaptamos al cambio: si nos aferramos a viejas formas que nos dieron seguridad (dinosaurios), si nos movemos con agilidad y sensibilidad (pulpos), o si logramos construir vínculos sostenidos por la cooperación (corales).

Aplicación organizacional: permite distinguir culturas jerárquicas, centralizadas y lentas (dinosaurios), de aquellas más adaptativas y creativas (pulpos), o colaborativas y sostenibles (corales). Las organizaciones del cuidado necesitan moverse hacia modelos más vivos, interdependientes y capaces de regenerarse.

Entre el peso del pasado y la fluidez del presente, el desafío es evolucionar hacia estructuras que respiren, aprendan y cuiden.

Ver recursos relacionados
Volver al Atlas

Deja un comentario