Marea baja

¿Hay algo más para decir sobre el coronavirus y la situación que estamos viviendo? ¿Qué más agregar sobre que cuidarnos y cuidar a los otros son una sola cosa? Sin dudas que estamos ante una situación inédita respecto a los niveles de aislamiento en que habitualmente estamos; sin embargo, lo inédito es el carácter global de la medida, dado que en otras épocas (Sarajevo en los años ’90 del siglo pasado, la II GM, entre otros) hubo gente que tuvo que mantenerse aislada durante mucho tiempo.

En una de sus canciones más famosas el boricua Ricky Martin canta “… vuelve que sin ti la vida se me va”. En conjunto ahora le cantamos eso a la normalidad que el Covid-19 se ha llevado puesta.

En algún lugar leía hace un tiempo algo así como que la vida es una actividad de riesgo. El Covid-19, al igual que tsunamis, tornados y otros fenómenos naturales, nos ha recordado la fragilidad y vulnerabilidad que nos caracteriza. Nacemos indefensos y nos volvemos humanos gracias al amor y dedicación de otros.

Conforme crecemos hemos barrido para debajo de la alfombra esa vulnerabilidad que nos caracteriza y que es mejor no recordar para creer que morir es algo que le pasa a los demás.

A nuestra época no le gusta la palabra imposible y abundan los discursos que nos hablan de que todo es posible de lograr. Adidas y Messi en conjunto han basado en ello algunas de sus campañas publicitarias… impossible is nothing.

Hoy lo fantástico se ha vuelto normal y quedarnos en casa y tomar distancia es la receta para no contagiarnos. Tal vez sea cierto aquello de que las personas valoramos algo una vez que lo perdemos. Digo esto porque quizás el Covid-19 sea la frutilla arriba de la torta al modo de vida en el que nos embarcamos de la mano de la tecnología: en los últimos años en las sociedades ha ido decreciendo el contacto corporal en favor del alejamiento y los temores y recelos al otro y los otros. ¿No querías sopa? … tomá dos platos.

A este encierro no lo teníamos en los planes. De eso no hay dudas. Es un imprevisto y de los buenos. Las crisis, y éstas es una de ellas, es como cuando hay marea baja: deja al descubierto aquello que previamente no se veía. Hoy la balanza se ha inclinado en favor más de la reflexión que de la acción, puesto que en tiempos de aislamiento no es con acciones que podemos salir a resolver nuestras tensiones.

Así, esta marea baja hace que algunas personas se angustien y aterroricen, mientras que otras se estabilizan, al tiempo que otras se dan cuenta de lo enredadas que están.

En la escucha psicológica existe el caso a caso, la escucha a lo que la marea baja ha dejado al descubierto en cada cual. Tal vez si algo nos está dejando esta situación es que la vida no solo se trata de trabajar, consumir y producir, sino también de compartir y celebrar la existencia, la cual a pesar de sus traumatismos siempre aboga, a fuerza de paciencia y esperanza, por abrirse paso.

15 comentarios sobre “Marea baja

  1. El Covit – 19 al igual q tsunamis, tornados y otros fenómenos naturales nos han recordado la fragilidad y vulnerabilidad q nos caracteriza.
    Gracias Agustín por tu capacidad y enseñanzas.

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  2. El Covit – 19al igual q tsunamis, tornados y otros fenómenos naturales nos han recordado la fragilidad y vulnerabilidad q nos caracterizó.
    Gracias Agustín por tus enseñanzas y comprensión.

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