Necesaria a veces, beneficiosa siempre

Educar, gobernar y analizar, dijo Freud, son tres tareas interminables e infinitas que las personas podemos llevar a cabo. Analizar es aquello que se desarrolla en una psicoterapia de orientación dinámica; es la tarea que encabeza un terapeuta con su paciente y que a lo largo del proceso y en el mejor de los casos este último terminará por integrar a su psiquismo.

Somos historia de vínculos, de aquellos que fueron persistentes, duraderos y frecuentes. Es en la infancia cuando esas primeras interacciones con nuestras figuras de referencia (habitualmente los padres) van comenzando a poblar nuestro psiquismo, cuando la Matrix se va instalando y/o cuando nuestro software con sus iniciales líneas de comando va quedando establecido.

_DSC0037 como objeto inteligente-1Piense por favor en un burbuja o globo que poco a poco -primero con caricias y cuidados corporales (el calor de los inicios) y luego con palabras y actos- se va llenando hasta volverse pesado y de tan pesado termina por desprenderse y caer o instalarse en nuestra joven cabeza, en nuestro joven psiquismo. Es la gota que horada la piedra, es ese globo que se va llenando con los significativos primeros vínculos y que quedará instalado como esa app de fábrica que viene con el celular recién comprado.

En una psicoterapia lo que cura es el vínculo, también frecuente, persistente y duradero, entre paciente y terapeuta. La calidad de persona de este último, mucho más que la escuela y/o filiación teórica a la que pertenece, será determinante. El consultorio físico del terapeuta y las otras constantes que conforman el dispositivo (horarios, honorarios, estado emocional del técnico) también se irán constituyendo en otro globo que se va llenando y de tan pesado también se meterá en el psiquismo. Solamente que este nuevo vínculo será una suerte de antibiótico que elimina los rasgos de cualquier infección incipiente, al tiempo de paralelamente también fortalecer el sistema inmunitario psíquico. La idea es esta: que el vínculo una vez físico entre dos personas sea internalizado por el paciente y una vez en su psiquismo opere inconscientemente. Historia de vínculos, siempre historia de vínculos.

Esos vínculos pueden ser generadores de bienestar y armonía así como provocar malestar, sufrimiento y padecimientos. Cuando algo no anda bien..

  • en los niños, el malestar suele expresarse a través de problemas de conducta (agresividad, conflictos con los padres y/o pares, aislamiento, retraimiento), problemas en la escolarización (falta de atención, bajo rendimiento y dificultades en el aprendizaje) y alteraciones del sueño y/o del apetito.
  • en los adolescentes, el malestar se expresa en indecisiones acerca de lo vocacional, en problemas de conducta, trastornos de la alimentación y conductas adictivas.
  • en los adultos, las problemáticas son diversas y se extienden desde conductas de fracaso, crisis de pareja, ausencia de proyectos, crisis de ideales, relaciones problemáticas con los hijos y/o familiares, trastornos sexuales y corporales, oscilaciones en los estados de ánimo, hasta soledad(es), estados depresivos, ataques de pánico y angustias y crisis existenciales, entre otros.

Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana – Carl Jung

Un terapeuta con una concepción dinámica del funcionamiento mental irá mucho más allá de sacar la foto, lo que los psicólogos llamamos psicodiagnóstico o diagnóstico psicológico. Una psicoterapia implica ocuparse de la película del paciente, del guión con el que opera en su vida. Aquel que llega a un espacio psicoterapéutico es alguien que sufre, padece y también se queja de aquello que le acontece; también se pregunta, se interroga, acerca del porque de su padecer; intenta, asimismo, darle una explicación a ese sufrimiento o malestar; al tiempo de anhelar y esperar que haya una salida a la situación que lo aqueja.

Un terapeuta, con esa escucha dinámica que lo caracteriza, procura:

  • establecer una relación con aquel que le consulta. La relación terapéutica es antes que nada una relación humana y de ahí que sea tan relevante la calidad de la persona del terapeuta. Tras una primera consulta, un buen indicativo para un paciente sea sentir que aquel con quien estuvo sea la persona que le podrá ayudar en ese camino de curación que está emprendiendo.
  • ir más allá de lo que dice quien consulta, interrogándose acerca del qué dice con lo que dice o qué no dice con lo que dice. Parece un juego de palabras pero no es otra cosa que interesarse por la matriz, por la matrix, por ese lugar donde anidan los conflictos.
  • oficiar de traductor, de poner en otras palabras y en contexto aquello que hace padecer al consultante, con el propósito de echar luz e ir brindando alivio a los malestares del paciente.

Dice el dicho popular que no vemos lo que es sino lo que somos

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La psicoterapia es ese espacio en que terapeuta y paciente, trabajando juntos, procurarán que el primero asista al alivio de su padecimiento, a la reducción de sus síntomas y, en última instancia, si cabe la expresión, logre modificaciones en su personalidad. Esto consistirá en un proceso y no en un acto concreto de renacimiento, como le pasó a Neo en Matrix:

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… el renacimiento, ese proceso que conduce a la reducción del velo que falsea la realidad, o dicho de otro modo, que nos hace interpretar la realidad de forma errónea…

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constituye un camino en el que la persona, el sujeto, irá comenzando a elegir diferente, a ver cuáles y a qué o quiénes está atado, enlazado, sobre todo a la palabra o palabras de otros. Palabras y frases, por ejemplo, como: no vas a poder, tenés que estudiar esto…, siempre nos tendrás que ayudar, serás exitoso o no serás nada, sos un inútil, sos un tarado, etc.

En una entrevista en los últimos años de su vida, Freud afirmó que la capacidad para amar y trabajar eran dos objetivos centrales a los que apuntaba el tratamiento psicoterapéutico.

La salud mental no es un estado absoluto y fijo del que si uno se mueve se enferma; no es una frontera donde de un lado está el blanco y del otro negro. Por el contrario, la salud mental es algo más parecido a una zona mixta, como la temperatura corporal, como el equilibrio cuando andamos en bicicleta o como la zona costera que no es arena seca ni agua propiamente dicha.

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Crédito de la imagenwww.facebook.com/marcos.severi/photos/

Alguien psicológicamente sano es alguien que se ha amigado y ha aceptado su historia, su propio rollo, alguien que ha integrado a su película las escenas que creía haber olvidado y repetía en actos; alguien que vive con relativa felicidad y bienestar consigo mismo, a pesar de las sorpresas, reveses, crisis y obstáculos que presenta y muchas veces impone la vida. Es un sujeto que conociendo y amando sus limitaciones también es consciente de sus fortalezas y virtudes, que puede establecer relaciones interpersonales satisfactorias y que se siente capacitado para encarar los desafíos de la vida de forma más flexible; en síntesis, un sujeto psíquicamente sano es aquel que se siente apto para aceptar y reconocer la realidad y paralelamente con capacidad para emprender su transformación.

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